Lucha,
levántate y lucha. O quédate sentado, durmiendo, estudiando o creando pero
lucha. Volvamos a esa vieja costumbre, venga. Soplemos en contra de las
corrientes de conformidad que nos envuelven.
Que nuestro
ejemplo sean los raros, los que deciden jugarse su cuerpo, sus ahorros, su
vida, por si acaso. Personas sin piernas que corren maratones, kilos de más que
se hacen de menos, agobios que pasan a ser éxito.
Luchadores
del día a día, de dos trabajos por un sueño, de ahorros para una vida plena, no
para una vida mejor.
Hemos
olvidado que se siente siendo positivos, escondiendo la toalla y prohibiéndonos
a nosotros mismos tirarla a ningún rincón de ningún ring. Sea el contrincante
que sea. Porque podemos, porque queremos.
Lucha, no te
detengas. Nadie es más fuerte que un corazón que cree en su capacidad de
bombeo, en su capacidad de recuperación. Pulsaciones altas que llegan a
cualquier meta.
¿Qué
sensación, no? Dejar todo el sudor que tengas por algo que realmente deseas,
gritarle a los lobos de frente para que en lugar de ahuyentarlos vayan a por
ti, tirar delante de ellos, que puedan olerte y verte pero no sentirte.
Y si se
pierde, si no se consigue, se ha intentado. Ni adiós, ni muy buenas. Me voy
pero como tenga opción volveré, me voy pero si no me dejáis volver os habré
debilitado mientras mi miedo se iba al ritmo de mi valentía, no de mi huida.
Crear una
historia que contarle a quien esté dispuesto a escuchar. Cómo te rodeaste de
personas con un coraje tan grande que decidieron cambiar los nuevos vientos,
personas que querían ser sus propios jefes, personas que inventaron lo que aún
quedaba por inventar, inconformistas que se conformaron con volver a sentir que
mereció la pena.
Y como apunte
para demostrar que las posibilidades están hechas con la medida de lo fuerte
que sepas ilusionarte: Damien Chazelle terminó de escribir su última película
en 2010. Nadie apostaba ni por ella, ni por él. Pero luchó. Contra todos y como
nadie.
Hace menos de
un mes estrenaron en España, La La Land, su película, y a su vez, la película
más nominada de la historia de los premios Óscar, cima del cine.
¿Se puede, o no se puede?
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