La imposibilidad es la excusa de
los que no quieren. De los que odian eso de Esforzarse
o morir. La imposibilidad no puede presumir de cuerpo porque no lo tiene,
porque ni nuestros ídolos pueden escapar a veces de ella. Mira que te lo
pedimos Marc, no te hagas humano. Lo
que os decía, al final probó asfalto.
Imposible era superar el peso de
esa tan temida pregunta ¿Y ahora qué? Que
va después de los finales, que va
cuando cambias para seguir y no
encuentras el camino. Pues que se encuentra, que el secreto es disfrutar y disfrutas. Que la vida está hecha para
enamorarse porque enamorarse es vida y
que tenemos amigos para eso, para que
te lo recuerden.
Imposible era que en la carta más
navideña de todas su queridos reyes
magos fuese seguido por algo inmaterial. Ahora todos pedimos felicidad y fidelidad de los que están y para los
que están. Aunque sea entre dientes. ¿Maravilloso?
Más que el intocable París. Recordadlo siempre, Paris no se quema, no se toca y ni se mira.
Imposible era querer más de las que
ya tuve y ahora las quiero. Quiero ganas.
Todas las que estén preparadas para mi. Por algo estamos aquí y no estoy
dispuesto a dejar nada en el tintero. All
in, todo al azul. Qué miedo ni que
hostias, hemos venido a jugar. Y esta vez, quiero ganar contigo. Quiero
ganar contigo porque He vuelto mientras
me has hecho volver. Te debo una. Porque
harto de querer irme ahora soy yo el que me pido que me quede, que no me vaya. Y porque lo que me sale de los cojones es gritar
un que cabron que nos pertenece.
Imposible era dejar de soñar y vivir. Ahora todas las mañanas me
levanto a los gritos de presenten armas y
prepárate, que viene, el futuro es
para los que creen en la magia. Y matizo, ya
quisiera cualquier poeta tener musa para esos buenos días. Nunca nadie
había hecho sonar eso de vete al carajo tan
bien.
Imposible era retar al miedo y
ganarle. Reventarlo de bien y darle la espalda con un grandilocuente: Tú ya no eres yo. De treinta y dos días
me sobraron treinta y uno. Fue duro,
pero yo más.
Imposible era pasar del paraguas
al que llueva lo que tenga que llover
y todo por grandes personas que te demuestran que lo peor no es ni de lejos lo
peor. Gracias, por ejemplo, Soumaya, os lo debo. A ti y a todos.
Imposible era entonar mi propio hoy me voy a quejar en un artículo
destinado para todo lo contrario. Y mira, me quejo de los que luchan por
crecer. Conmigo no caerá esa breva. Que
te lo has creído, Peter Pan.
Imposible era elegir solo un
punto de ese comunicado oficial. Lo
siento, pero contigo quiero beso,
atrevimiento y verdad. Soy así, me gusta más la primera persona del plural.
Imposible era escribir lo posible que es lo imposible utilizando todos los títulos de artículos de mi blog. Y mira por donde, lo imposible solo cuesta un poco más.
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