jueves, 8 de octubre de 2015

Soumaya


En el mundo hay 7.376.471.981 tipos de personas. En el mundo hay tantos tipos de personas como personas en sí porque cada una es un mundo. Desperdiciamos nuestras horas intentando agrupar lo que no se une, porque no somos iguales en nuestra totalidad a otra persona. 

En el mundo no hay buenas personas de verdad, ni malas en general. No hay tampoco media población mundial que use sacarina y la otra azúcar. Ni hay dos montones, uno de guapos y otro de menos guapos. No existen tales comparativas. Los hay mejores personas con cosas malas, y malas personas con resquicios de esperanza. Los hay diabéticos por cojones y golosos por de más. Los hay guapos a ojos de unos y más guapos a ojos de otros. 

En el mundo no hay dos tipos de personas, pero si hay una corriente que mueve a su antojo toda esta maraña de conductas a la que nos enfrentamos día si y día también. Personas que por muy en contra que puedan tener todo siempre ven luz en cualquier nube gris. Son las personas que sonriendo, son capaces de salvarnos la vida. O aún más, de cambiárnosla. De hacernos sentir mejor. 

En el mundo hay personas que luchan contra todo pronóstico, que ganan con todo el coraje y que quieren por encima de lo que les venga. Personas que superan las catástrofes más grandes a las que pueda enfrentarse nadie. Llanto, por sonrisa. Dolor por amistad. Mentira por verdad. 

Son esa clase de personas que se merecen ser reyes de todo esto. Personas llenas de bondad que traspasa los muros de hormigón que a veces construimos a nuestro alrededor. 

Personas que al fin y al cabo, nos hacen ver lo bonito que es el mundo que se nos olvida mirar todas las mañanas. 

No conozco a Soumaya, ni creo que la llegue a conocer jamás. Pero por lo que he leído, ella es una de estas personas. Y alguien que hace que otro se sienta mejor persona, merecía aunque fuese este poquito de mi agradecimiento. 

Por las personas, las de verdad. 

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